La chica pecera. Boceto
Siempre he pensado que nuestra mente vive en una dimensión distinta a la de la realidad física, cotidiana. No somos concientes de cómo suceden las cosas, sencillamente vemos sus consecuencias. No tenemos idea de cómo funciona nuestro cuerpo, no manejamos los químicos que segregan nuestros órganos, ni regulamos la renovación de nuestras células. Todo esto funciona automáticamente, de modo que sólo lo notamos cuando enfermamos. Sin embargo, nuestra mente divaga en otras cosas, nuestro mundo afectivo y racional parece vivir otra realidad, una que varía según nuestro ánimo y circunstancia.
La chica pecera tiene su mente sumergida. Su conciencia es líquida y diferente al mundo en que habita. El afuera y el adentro parecieran ser, a veces cosas diferentes.
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