viernes, 28 de septiembre de 2007

Hay cosas pesadas y ligeras a la vez II
1 x 1.20 m



Hay cosas pesadas y ligeras a la vez I
acrílico sobre tela
1 x 1 m



¿Se puede andar así por el mundo con una carga tan grande como el peso de un paquidermo? Pues parece que efectivamente (como su nombre lo indica), hay cosas que son realmente pesadas y ligeras al mismo tiempo. Podemos llevar cosas enormes por muchos años, y lo increíble es que ahí estamos, moviéndolas por todos lados. Lo que podemos tomar en cuenta es que en algunos casos ese peso nos otorga una especie de extraño centro, una tensión organizadora. Cada cual con su piedra a la espalda, cada uno con su rollo. En todo caso mirarlo calmadamente puede ser tranquilizador.

El viento
acrílico sobre tela
1.20 x 1.20

El tercer personaje es invisible, es lo que está pasando a través. Es una sensación, un estado en el que se recibe algo. Hace tiempo estuve en un taller, no me acuerdo muy bien de qué trataba, lo dirigían unas sicólogas y tenía algo que ver con lo corporal y la relación con todo lo demás, incluyendo el espacio circundante. Lo que si me acuerdo era algo sobre que el tiempo era información, que la información podía ser transmitida a través de otros medios no físicos. Otros medios no convencionales. Y me gusta creer en eso. El viento en este caso es el personaje invisible que mueve las ramas, las hojas y acaricia el cuerpo de la mujer. Una tarde de cielo naranja, un momento en el que algo se mueve y algo se transmite. Un pequeño instante. Eso.


martes, 25 de septiembre de 2007


La chica pecera. Boceto
Siempre he pensado que nuestra mente vive en una dimensión distinta a la de la realidad física, cotidiana. No somos concientes de cómo suceden las cosas, sencillamente vemos sus consecuencias. No tenemos idea de cómo funciona nuestro cuerpo, no manejamos los químicos que segregan nuestros órganos, ni regulamos la renovación de nuestras células. Todo esto funciona automáticamente, de modo que sólo lo notamos cuando enfermamos. Sin embargo, nuestra mente divaga en otras cosas, nuestro mundo afectivo y racional parece vivir otra realidad, una que varía según nuestro ánimo y circunstancia.
La chica pecera tiene su mente sumergida. Su conciencia es líquida y diferente al mundo en que habita. El afuera y el adentro parecieran ser, a veces cosas diferentes.
Chico astronauta flotando sobre las estrellas. Boceto

"Porqué tenemos que ir tan lejos para estar acá..." es una pregunta que hacía Charly García en una canción de su etapa ochentera. Y me hace pensar en la necesidad de salir para volver a entrar, en tener que dejar algo para poder ver su real dimensiòn. Todos hemos experimentado eso alguna vez, pero pensando en la dificultad de tolerar ciertas dimensiones de la realidad, se puede convertir en un aliado. Chico astronauta está condenado a tener que no estar para estar, irse lejos para estar cerca, salir para regresar.
Chico astronauta listo para el aterrizaje. Boceto

El chico que pensaba tanto que no podía salir de su cuarto
Esta fue una idea que me la pasó Andrea por un mensaje de texto. El asunto es que no se sabe si no sale porque piensa mucho y no quiere salir, o por que su cabeza no pasa por el marco de la puerta (como esas personas que engordan tanto que no se pueden levantar de su cama). En todo caso habría que ver qué cosas piensa, cosas grandes, o finas y pequeñas. El asunto es que no sale, sea cual sea la razón.

Todas las aves que habían en tu alma llegaron a mi. Boceto
Esta frase es de Spinetta, y desde que la escuché por primera vez me encantó. Me hace pensar en la capacidad que podemos tener para recibir. En la apertura que puede hacer posible la entrada de cosas maravillosas como aves, afectos, o lo que sea de otros. Saber recibir no es nada fácil, hacerlo desde tu lugar con serenidad y agradecimiento, tampoco. El cono lo use antes en un cuadro llamado "cono receptor de energía estelar", pero en este caso está totalmente unido a la cabeza.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Escalera caracol
Hace mucho tiempo escribí algunas cosas que tienen que ver con la escalera caracol. Ella ha marcado muchos años de mi vida y de alguna manera siempre representó el camino a mi mundo, a uno dentro de la casa, pero un poco afuera, apartado, arriba. Desde chico me escapaba a buscar cosas viejas, algunas antiguas, en el cuarto de los trastes. Me quedaba horas viendo revistas viejas y las cosas que se arruman y no se utilizan, pero que por alguna razón, nunca se botan. Los techos siempre tienen una carga fuerte, las cosas llenas de polvo, inutilizadas, dejadas de lado. Hace un tiempo, una amiga, con la que comparto temas místicos, se impresionó con el cuadro porque ella estaba leyendo un libro cuya carátula era muy parecida. Tenia que ver con el ADN que tiene esa misma forma, el espiral que gira y se eleva. Y después el símbolo de elevación, las nubes y etc. Me pareció interesante, de hecho el espiral es una de las cosas mas atractivas de la escalera, pero no lo había visto como una estructura de ADN. El libro tenia que ver con el cambio y la transformación que se supone se esta dando en la humanidad a nivel celular, y ese tipo de cosas. Así que, como veran, tras mi interés por la física cuántica, todo esto no me parecía una casualidad.
La escalera caracol sigue allí, en el mismo lugar, en el patio de la casa. Mi cuarto aun esta ahí, vacío, con algunos restos, algunas cosas pegadas en las paredes. A veces, cuando voy a visitar a mi papá, subo a mirar, a estar un rato, a hacer lo mismo que hacia cuando era un niño.
Contemplar.

Chico astronauta listo para el despegue

Chico astronauta sueña con irse a otro lugar. Chico astronauta tiene todo preparado y espera pacientemente. Chico astronauta sabe que las cosas no son sólo lo que vemos de ellas. Chico astronauta necesita estar un poco lejos para estar acá.


Árbol protejido

acrílico sobre tela

1 x 1 m
El encuentro 2
acrílico sobre tela
1 x 1 m

Un chico mira a una chica desde su edificio. Ella fue una aparición enorme, una conexión inmediata. A veces los encuentros son desiguales. A veces no nos encontramos en los mismos estados.
Chico agujero negro

acrílico sobre tela

1 x 1 m

Es un misterio la razón por la que se atraen las personas. Es posible que gran parte sea por defecto, por falta de algo. Un agujero negro atrae todo a su paso. Incluso las cosas buenas. Ser un agujero negro portátil quizás no sea tan malo. Hasta se puede disfrutar. Digo, de vez en cuando.




Los signos
La mezcla perfecta

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Almas gemelas
acrílico sobre tela
1.30 x 1.30 m
¿Alguno de ustedes me podría decir que nunca ha pensado en tener un alma gemela en las antípodas de esta tierra?

La princesa en su fortín
acrílico sobre tela


Laberinto
acrílico sobre tela
1.30 x 1.30 m

Hay una sola salida. Un único camino. Eso lo sabemos. O por lo menos lo intuimos. Pero existe cierto placer en construirse grandes paredes alrededor. Las circunvoluciones cerebrales pueden convertirse en un gran laberinto, en un bello e intrincado laberinto para refugiarnos de algo. Pero a la vez puede ser una invitación. Un acertijo antiguo para esperar. Esperar a alguien que sepa algo que no sabes qué, pero algo al fin de cuentas que lo haga sortear un intrincado camino. Aunque pensandolo bien, debe ser un lugar cómodo, y quizás sola se la pasa mejor, no?



Puente

Una majestuosa forma para poder llegar. Un camino fabuloso entre dos personas. A modo de acueducto romano para transportar líquido. Puro. Desde lejos.




















Chico cabeza de dirigible
acrílico sobre tela
0.80 x 1 m
Chico cabeza de dirigible flota sobre la húmeda atmósfera de Lima. Sueña con remontar la capa gris que recubre toda la ciudad.

Chico Lunar


Chico lunar
acrílico sobre tela
1.80 x 1.20 m

Chico lunar vive en un mundo ondulante como el líquido. Las mareas suben y bajan por influjo estelar. La luna aparece y desaparece, y su transformación mueve a algunos que poseen un signo femenino y acuoso. Chico lunar navega en la barca que es su pequeño cuerpo, sorteando el líquido que lo atraviesa. Tocar el cielo es su absurda obsesión, su posible tragedia.



Chica dragón
acrílico sobre tela
1.40 x 1.50 m

La chica dragón piensa que el fabuloso animal está afuera. La chica lo mira aliviada, creyendo que la rabia esta lejos de ella y de su cuerpo. La chica y el dragón viven juntos, se necesitan mutuamente y mantienen asi un extraño equilibrio. El dragón espanta a todo aquel que quiera acercarse al castillo, y ella juega a ser una víctima asediada. Asi continúa sola. Sólo algunas noches ella sueña que bota fuego por la boca y se preguna porqué será.

Árbol
acrílico sobre tela
1.65 x 1.30 m

Lamia
acrílico sobre tela
1 x 1.50 m